Microondas de ideas creativas

Albert Ros, 23; Hernán Loyza, 26; Lluís Rotger, 23; Alejandro Delgado, 23; Ignacio Jiménez, 21, Publicidad y Relaciones Públicas (Abat Oliva CEU); Claudia Guillén, 22, Diseño Gráfico (ELISAVA); Martí Ganduxé, 20, Grado Superior Desarrollo Aplicaciones Informáticas

Junten 7 mentes jóvenes en una oficina de 30 metros cuadrados, reúnan algún que otro Mac, una neverita y un sillón para las noches largas. El resultado, a parte de un buen grupo de amigos puede ser el siguiente: una agencia de publicidad especializada en presencia online y redes sociales. ¿Si los jóvenes estamos más tiempo en Facebook que ante nuestras madres quién mejor para desarrollar marketing 2.0 que veinteañeros? Ese es el punto de partida de Jirada, y no les va nada mal.

El embrión de la agencia son compis, amigos de la universidad, todos ellos publicistas, aunque con distinta especialidad. A medida que fueron creciendo, necesitaron alguien con un poco de gusto, alguien con conocimientos de diseño, un programador que entendiese el maldito-HTML y así se fue gestando lo que hoy es Jirada. “No somos compañeros de trabajo, ante todo somos amigos”. Y es que lo que más valoran las empresas que han confiado en ellos, la grandiosa Nescafé entre las últimas, es su creatividad, son puro aire fresco. No soportan la vecina de enfrente que les dice que su aire acondicionado hace ruido ni los mails de última hora cuyo asunto es ‘modificaciones’. La oficina tiembla cuando oyen cambios de última hora. Su ritual de cada mañana es poner la canción del día. Y no podrían vivir sin su ping pong (unas palas de ping pong, un futbolín o la play parecen ser los requisitos indispensables de toda oficina guay con gente joven en su interior. Tomen nota.)

Todo nace de la mononucleosis -sí amigos, la enfermedad del beso es lo que tiene- y muchas horas en casa. Estaban en segundo de carrera y Alejandro tenía que hacer reposo. En su cabeza sólo veía que las cosas iban mal y que la gente joven no tenía salidas, y bueno que ver Ana Rosa cada día también afecta. Un día decidió presentarse a la universidad con un power point bajo el brazo, cogió a los amigos por banda y en cinco minutos los tenía convencidos. Pero no sabían ni por donde empezar. Reconocen que al principio eran un poco “Asociación de ideas creativas”, ir aportando planes a clientes, algún que otro trabajito para los amigos de la uni y así.  Pero en los inicios hay debate, “¿lo primero no fue esa peluquería? No, ¿no fue esa página de discotecas que querían customizar Facebook?”. La cuestión es que empezaron y la gente quedó contenta. 



Y la típica pregunta ¿Ayuda de quién? ¿De dónde salen los recursos?. Pues ayuda de los amigos. Hay que echar mano de todo contacto viviente, el boca-oreja, padres predispuestos y ese amigo de económicas que tanto entiende de números. Al hablar de recursos ríen, risita nerviosa. “Lo más importante era preguntarnos qué podíamos hacer con 0€, bueno, nuestra primera inversión fue pagarnos el transporte para llegar a su casa, nuestra oficina era su salón, algunos clientes decían que querían venir a la oficina, y nosotros ¡No! Ya vamos nosotros, hombre”. Cosas de la juventud, con un salón y un buen super debajo de casa uno monta un negocio.

Pero profesionalidad no les falta. Mientras estaban estudiando se organizaron una buena tabla de horarios. Mañanas oficina, léase salón comedor, y tardes clase. Para ajustar cuentas tenían una hucha-cerdito, y el irresponsable o tardón alimentaba las cuentas. Ahora ya tienen cuatro paredes propias y trabajan a jornada completa, pero nada de horarios aburridos. Aquí cada uno sabe cuando acaba su propio trabajo, unas veces serán las 4 de la tarde, otras toda la noche en vela. Y de momento las cuentas salen, y siendo siete es que la cosa va bien. Y oye, que dicen que la cena de Navidad corre a cuenta de la empresa, “pero en el McDonalds, eh”.

“Somos como hormiguitas, vamos pasito a pasito, no queremos fliparnos ni cobrar de más”. Cuando les dijeron lo de Nescafé estaban en clase –la profesora aún se pregunta porqué algunos de sus alumnos se abrazaban efusivamente- y aseguran que podrían haber cogido un taxi hasta la oficina, pero nada de eso, autobús y cervezas del paqui en la oficina. Lo dicho, hormiguitas. Pero hay otras cosas más valiosas. Han salido recientemente en la revista Anuncios por esta última innovadora campaña de microblogging de Nescafé. “Me ha llamado mi padre desde el trabajo y me ha dicho estoy muy orgulloso de ti, y eso…” Se miran todos, y asienten. Cuando uno lucha duro cualquier reconocimiento es válido. En la universidad sí, les apoyaron, pero al principio todo parece efímero, algo pasajero de mentes inquietas, “al principio cuesta que te tomen en serio, pero cuando las cosas empiezan a ir bien es cuando todo el mundo te escucha”.

Son expertos en todo lo referente a online, han conseguido posicionarse como una agencia que sabe cómo optimizar la presencia de las marcas en las redes sociales. Se dice rápido, pero no es nada fácil. “Ahora miras las televisión y los anuncios aburren, nosotros solo queremos divertir”. Y ser jóvenes les beneficia, o eso dicen. “La gente del sector no ha sido educada en el ámbito online, y cuando viene un veinteañero y les cuenta cosas que ni había imaginado, están totalmente abiertos a escuchar”. Y porqué no hay nada más transparente que un equipo de jóvenes. Ellos son de los que dan el móvil sin tapujos y se dejan llamar a la hora que haga falta. Por si hay dudas, dicen. Trato humano que le llaman los entendidos. Y porqué no engañan, si ellos averiguan una estrategia mejor con menos coste, lo dicen. “Nada de sablazos”. Es más importante ganar clientes, que grandes cantidades. De momento van bien.

Y el punto fuerte. En sus reuniones ofrecen palomitas, y eso tengas veinte o cuarenta años, te gana, o como mínimo te hace sonreir. La palomita es su imagen, su logo. ¿Por qué? Cosas de creativos. Todo empezó con un primer vídeo que hicieron donde se veía un maíz en una paella, sonaba la música de Tiburón de fondo, y ¡pop! palomita hecha. Y de ahí lo han juntado con su propia filosofía: “Una persona o marca tiene un producto, es el maíz, no se puede comer ni compartir, nosotros trabajándolo y sacando ideas lo convertimos en palomita. Y nada mejor que una palomita para compartir con amigos.”

¿Son o no son buenos vendedores de ideas?

 

4 comentarios:

Anònim ha dit...

son buenos vendedores de ideas¡¡¡¡¡¡ ..."los jóvenes estamos más tiempo en Facebook que ante nuestras madres...." ..."ofrecen palomitas, y eso tengas veinte o cuarenta años, te gana" pues eso... son buenos¡¡¡
una vez más, Felicidades (sobre)salientes¡¡¡¡
(me gusta la idea hucha-cerdito para tardones y demás....)

gemma

Anònim ha dit...

Son buenos; pero no sólo buenos profesionales sino buenas personas (y eso hoy en día escasea bastante). Son jóvenes, pero no incultos. Son veinteañeros, pero no ninis. Son divertidos, pero no cargantes. Son soñadores, pero no ingenuos. Son únicos, pero saben situarse bien para que se les vea. Son especiales, pero con una marca propia más especial que ellos. Son ellos. Son Jirada. Y una de las letras de ese nombre es uno de los hombres más especiales en mi vida. Y sí es amor, del bueno, del maduro, del divertido y de ese que siempre permanece cuando te despiertas. Al resto del equipo, sólo puedo decirle que como seáis igual que él (o por lo menos parecidos) vais a comeros el mundo. Por en esta vida da igual lo seáis (perroflautas, incluso), pero aquello que elijáis, sed siempre los mejores.

+ favores ha dit...

Reúnen un cocktail que es indispensable en la aventura de emprender un proyecto: TALENTO y CREATIVIDAD y eso sin duda les hace diferentes. Yo les he dado clase y siempre les he visto luchar por sus ideas y sus proyectos. Son soñadores de ideas en este mundo contemporáneo. Les deseo lo mejor.

Fdo. Dr. Javier Sierra Sánchez

Anònim ha dit...

Si el Dr. Javier Sierra Sánchez os ha definido como soñadores de ideas en este mundo contemporáneo, debe ser verdad. Yo que soy el padre de Ignacio y conocido no de todos les animo a que, allá por donde pasen, allá en lo que emprendan, dejen siempre amigos y sean leales entre ellos, Digo esto porque sé que no son egoístas y sí muy sacrificados, luchadores, ahorradores, no ruines. Son, como ellos dicen, Jirada. ¡Adelante y con un par!
Fdo. Pedro Roberto.

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